Bizcocho genovés con dulce de leche

Creíais que después del desastre del cumpleaños me había arrugado con los bizcochos? Pues no, al contrario!

Tenía unas ganas locas de volver a intentarlo. Esto es como cuando tienes un accidente, lo mejor es coger el coche cuanto antes para superar el trance. Así que después de mi "accidente" de la semana pasada, decidí volver a probar la fórmula del bizcocho genovés y rellenarlo de dulce de leche como ponía la receta y esta vez SI QUE SI! que rico ha salido!! que pena que sólo estuvieramos mi churri y yo para disfrutarlo, y que encima nos ha durado poquisimo! era un "tu que vas y vienes" al bizcocho. Salio tan rico que después de tener un bote de leche condensada casi dos años en la despensa a punto de caducar, el lunes ya compré otro para repetir en breve.

 

El dulce de leche me ha traido recuerdos de mi infancia. De pequeñas, mis hermanas mayores estaban un poco delicadas de salud, asi que un año las enviaron al "Preventorio", un sitio en  medio de la Sierra madrileña donde se buscaba el aire sano para prevenir las enfermedades respiratorias infantiles. Allí comían el dulce de leche, que las chicas llamaban "caca de nene pocholo"  No sé si por el nombre, el colorcillo raro o qué pero a mi no me gustaba. Aunque sigo prefiriendo la leche condensada normal, tengo que reconocer que combinado con el bizcocho resulta delicioso.

INGREDIENTES

• 4 Huevos
• 110 grs. de harina
• 110 grs. de azúcar
• Ralladura de limón
• mantequilla y harina para engrasar
• 1 bote de leche condensada
• Azúcar glass y cacao en polvo para decorar

ELABORACION

Este bizcocho se hace sin levadura. Para que coja volumen y aire lo hacemos como en una especie de baño María y realmente la técnica funciona y queda fenomenal. Ponemos una cazuela lo suficientemente grande como para que quepa el bol donde batamos los huevos, con agua a calentar. Cuando este a punto de romper a hervir lo retiramos del fuego. Ponemos en un bol grande los huevos y el azucar e introducimos el bol en la cazuela ya fuera del fuego pero con el agua calentita. Empezamos a batir con las varillas eléctricas inmediatamente para que no cuajen los huevos. Hay que batir por lo menos 8-10 minutos y vereis que los huevos triplican de tamaño y se quedan muy esponjosos y espumosos por efecto del calor.

Sacamos el bol del la cazuela y añadimos la harina tamizada en fina lluvia poco a poco y removiendo con un tenedor (sin varillas eléctricas ni manuales) en suaves movimientos envolventes hasta mezclarla bien. Agregamos la ralladura de limón. Engrasamos un molde con mantequilla y harina y lo ponemos en el horno precalentado a 170º durante 20 minutos aproximadamente. Se hace muy rápido. Desmoldamos en cuanto que podamos y enfriamos sobre una rejilla

De víspera, en la olla a presión ponemos agua y metemos el bote de leche condensada cerrado. Lo dejamos cocinar 50-60 minutos. Enfriar y conservar en la nevera hasta su utilización.

Cortamos el bizcocho por la mitad con un cuchillo de sierra y rellenamos generosamente con el dulce de leche. Decoramos con azúcar glass y cacao en polvo.

Buen provecho!